Salud. Los Primeros Hospitales. Hospital Fiorito, un Centro Tradicional

Al igual que ocurre con la mayoría de los servicios públicos de Avellaneda, los primeros intentos por organizar la salud se realizaron en 1852. E1 4 de octubre de ese año, el juez de paz Martín José De la Serna solicitó el nombramiento del profesor en Cirugía y Medicina Baldomero Pampliega como médico policial. Sin embargo, la iniciativa fue rechazada y los vecinos tuvieron que seguir trasladándose hasta Barracas al Norte para recibir atención sanitaria.
 
Aún así, no pasó mucho tiempo hasta que Pampliega inauguró la primera botica de la zona, que funcionaba como centro de consultas. Poco después se sumó la de José A. Wilde, que duró cerca de veinte años.
 
Finalmente, el cargo de médico policial se creó el 12 de julio de 1860, debido a la enérgica insistencia de un grupo de vecinos. Años más tarde, entre 1867 y 1868, una epidemia de cólera dio lugar a la inauguración del primer lazareto de la zona.
 
Pero al poco tiempo, el desarrollo alcanzado se derrumbó. El establecimiento sanitario cerró sus puertas en 1868 y el médico policial ceso en sus funciones dos años después.
 
En 1871, las epidemias de fiebre amarilla y de viruela obligaron a las autoridades locales a extremar las precauciones. Fue entonces cuando se formó la Comisión Municipal de Higiene, presidida por el doctor Manuel Ocantos, y se inauguró un nuevo lazareto en el domicilio de la familia Casalins Pineiro.

El 15 de julio de 1885 fue creado el cargo de médico municipal, cuyo nombramiento recayó en el mismo Ocantos. Cuatro años después, llegó el doctor Manuel Beguiristain y, en 1890, Ocantos fue reemplazado por Abel Simonovich.

Pero durante las décadas siguientes, pese al esfuerzo de diversas comisiones vecinales y municipales, el Servicio sanitario no era el ideal. Fue necesario esperar hasta 1913, con la inauguración del Hospital “Pedro Fiorito», para contar con el primer centro asistencial de carácter permanente.
 
Así comenzó a formarse la actual estructura hospitalaria. En 1920, la Municipalidad creó una sala de primeros auxilios, que doce años más tarde se convertiría en el Hospital “Dr. Eduardo Wilde». En 1948, con la herencia de Enrique Finochietto -un destacado cirujano-, su hermano Ricardo organizó la Fundación «Enrique y Ricardo Finochietto», que impulsó el Hospital “Presidente Perón». En 1950, comenzó a funcionar el Hospital Materno Infantil y, en 1983, la Unión Obrera Metalúrgica de la Republica Argentina (UOM) habilitó el Sanatorio de Avellaneda. 
 


Hospital Fiorito, un Centro Tradicional
Poco más de diez anos habían pasado desde que el doctor Manuel Ocantos creó un lazareto, en 1871, hasta que el intendente Elías Aráus ordenó reemplazarlo por un hospital, el 30 de junio de 1882.

A pesar del bajo crecimiento poblacional del Partido, Aráus creó una Sociedad de Beneficencia y destino $ 20.000 de la época para acelerar las obras y adquirir materiales sanitarios. En octubre de ese año, un grupo de vecinos fundó la Comisión Pro-Hospital, destinada a obtener aportes a través de festivales, rifas y otras actividades sociales.

Para ello designó una Comisión Recaudadora de Fondos y otra de Señoras y Señoritas, que consiguieron donaciones por más de $10.000 en algo menos de un año. Sin embargo, en medio de discusiones entre la Municipalidad y las delegaciones vecinales, el proyecto naufragó y todas las comisiones fueron disueltas a principios de 1890.

En los años siguientes se realizaron nuevos intentos por parte de los vecinos y las autoridades locales con el objetivo de retomar la iniciativa, pero corrieron una suerte parecida a los anteriores. Recién en 1907, con la fundación de la Comisión Pro-Hospital presidida por el intendente Domingo Barceló, el proyecto cobró un nuevo impulso. Al año siguiente, el Concejo Deliberante aprobó la escrituración del terreno y, en 1909, se iniciaron las obras. Su construcción, presupuestada en $300.000, fue costeada íntegramente por los hermanos Fiorito.
 
A modo de agradecimiento, la Comisión propuso bautizar al hospital con el nombre de su padre, Pedro Fiorito, un conocido martillero de la zona. Finalmente, la inauguración se llevó a cabo en 1913. Por entonces, el diseño del Hospital constaba de dos cuerpos independientes, separados por las vías del Ferrocarril a Ensenada. En ellos funcionaban, entre otras prestaciones, un Servicio de Cirugía, una Sala de Observaciones, una farmacia y un Laboratorio de Análisis Químicos.
 
Con los años, el aumento de pacientes obligó a ampliar las instalaciones y a mejorar la calidad de los servicios. Así, en 1930 se levantó el ramal que pasaba por la propiedad y ambos sectores del edificio quedaron unidos. Tres años más tarde, la vecina Isabel Fiorito Bianchi dio el dinero para construir el Pabellón de Maternidad, por lo que fue bautizado con su nombre.

En 1944 se levantó el Pabellón «Aráoz”, que alberga la Clínica Quirúrgica y los Quirófanos Centrales y Periféricos. En 1956, en tiempos de una epidemia de poliomielitis, se inauguraron las prestaciones de Medicina Física y Rehabilitación. Entre 1963 y 1964, se sumaron los servicios de Alimentación y Pediatría y se levantó el Pabellón de Cardiología «Emilio Alonso”.

En una de sus últimas remodelaciones, realizada en 1999, el “Fiorito» se convirtió en el primer hospital en poseer una Cámara de Seguridad Biológica, por lo que está considerado como uno de los mas avanzados del país.