Cultura. Teatro Roma, el Colón del Sur
La cultura tiene que ver con el quehacer anónimo y cotidiano de la gente, pero también se encarna en nombres de instituciones y personas. Es el caso del Teatro Municipal Roma, sede de gran parte de la actividad cultural de Avellaneda.
Construido por iniciativa de la comunidad italiana en tan solo once meses, posee una cúpula decorada con frescos realizados por el pintor Antonio Epafani, entre los que se destacan varias irnagenes de Dante Alighieri y Luigi Pirandello.
El teatro abrió sus puertas el 1 de octubre de 1904, con una presentación estelar del memorable actor italiano Ermette Novelli, que interpretó “Papá Lebonar». Durante los años siguientes, hubo deslumbrantes presentaciones de destacados artistas nacionales y del mundo: el tenor Tito Schipa fascinó con “canzonetas” napolitanas y arias de óperas de Giuseppe Verdi y Giácomo Puccini y el bandoneonista Alejandro Barletta demostró que las fugas de Johann Sebastian Bach podían encarnarse en su fuelle.
Pero los ecos no son solo musicales. En el escenario se han presentado piezas teatrales de autores argentinos como Juan Carlos Gené, Roberto Arlt y Roberto Cossa, con obras de Moliére -seudónimo de Jean Baptiste Poquelin- y William Shakespeare, representadas por actrices de la talla de Angelina Pagano y Azucena Maizani. Incluso el maestro Pedro Palacios, más conocido como «Almafuerte”, leyó en público su famoso poema “El misionero».
Como el público no dejaba de multiplicarse, en 1925 se realizaron diversas ampliaciones, que estuvieron a cargo del ingeniero italiano Gustavo Coccerini y el constructor José Bouza. Pero fue con la remodelación de 1984 cuando la sala del “Roma» adquirió una acústica privilegiada y la capacidad de albergar a 500 personas.
En 1994, algunos artistas locales restauraron las imágenes y aprovecharon para expandir su inspiración al hall central, el foyer, el Salón Dorado y el Salón de los Encuentros. Debido a estas obras, el teatro cuenta con la infraestructura necesaria para desarrollar una labor de altísimo nivel. Su fama y prestigio trascienden los límites de Avellaneda.
No es para menos: los conciertos sinfónicos y corales, las sesiones de tango y jazz, los espectáculos de ballet y danza, las actuaciones teatrales y las representaciones infantiles reúnen, por año a más de 180.000 personas.